1. Basura oceánica
Desde cadáveres a miles de toneladas de basura, los océanos reciben todo tipo de desperdicios día tras día. Colillas de cigarrillos, botellas y envoltorios de comida son los principales residuos en las aguas y cada año provocan la muerte de muchísimos animales marinos, especialmente aves, mamíferos y tortugas.
2. Desperdicios humanos
Si la basura no es suficiente como para mantenerte lejos del agua, ¿qué tal los desperdicios humanos? Pues permíteme contarte que el océano es el gran inodoro del mundo y además de toda esa basura peligrosa flotando por allí, la gran mayoría de las playas más visitadas del mundo tiene enormes porcentajes de desperdicios humanos, como orina y materia fecal, en su composición. Un estudio oceanográfico desarrollado en el año 2007 y publicado por la Universidad de Stanford mostró que, por ejemplo, el 91% de las playas de México, California y Oregon (EE.UU.) tenía grandes cantidades de bacterias fecales en sus aguas.
3. Bacterias y enfermedades por doquier
La ecuación es bien simple: piensa en todos esos desperdicios humanos y en toda esa basura, al calor del Sol, con elevadísimas temperaturas, en un ambiente húmedo como el de la playa... así es, es el lugar perfecto para las bacterias. Ahora bien, ¿cuál es el gran problema que tenemos los humanos con las bacterias?
El simple hecho de caminar en la arena, cavar un pozo o jugar con ella, implica que nuestro organismo entre en contacto con un sinnúmero de peligrosas bacterias capaces de provocarnos una amplia gama de enfermedades.
4. Los peligros del Sol
La exposición a los rayos del Sol implica serios y enormes riesgos a la salud. Durante el verano, el momento en el que la gente más acude a este lugar, los rayos del Sol llegan a nuestra región con mayor potencia, intensidad y consecuencias. La exposición inadecuada a los rayos solares puede provocar tremendas quemaduras, enfermedades en la piel, dolores, mareos, fiebre, descompensaciones y hasta varios tipos de cáncer. La gente disfruta de la playa cuando hay más Sol y éste es un problema enorme que la gran mayoría de las veces se pasa por alto.
5. La playa en sí misma
A fin de cuentas, redondeando la cuestión, la playa es un sitio tremendamente peligroso y casi todo allí perfectamente puede invitarte a disfrutarla de lejos o bien con todas las precauciones posibles. Pues más allá de la contaminación, las bacterias y los virus, bañarse en la playa también es algo muy peligroso. Algunas ni siquiera son aptas para tal fin, otras tienen animales que pueden herirte de diversas formas, otras tienen rocas, corrientes fuertes, olas gigantes, curiosos fenómenos oceánicos como la marea roja, y muchos otros peligros.
Resumiendo, la playa es un sitio igual o quizá aun más peligroso que lugares como selvas salvajes. El agua puede matarte de diversas maneras, enfermarte o sencillamente llenarte de asco, la arena también y si eres poco precavido, ¡también el Sol! Ni que hablar de los enormes tumultos de gente, sudando y exhalando sus vapores a tu alrededor...
Claro que las playas son lugares hermosos, claro que son lugares tan divertidos como inspiradores y hasta poéticos, pero en fin...
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